Al tañer la campana emprende el vuelo
la paloma de pecho soberano,
en el pico dorado lleva un grano
y en las alas el polvo de mi suelo.
Es la tarde fundida al desconsuelo
de un ayer de inocencia, tierra y llano
donde grita mi nombre, clama en vano
con los ojos perdidos en el cielo.
Se que sufres, paloma, te delata
el lamento en tu canto dolorido;
ve a la casa de adobe, al sembradío,
encontrarás un verso en cada mata
que no borran las horas ni el olvido
ese verso, paloma, es verso mío.
Wednesday, April 7, 2010
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